BKBALL

BKBALL

lunes, 20 de abril de 2009

Un superhéore inesperado y un triángulo sin su hipotenusa

Acabados los primeros partidos de la post-season, la principal conclusión que el aficionado saca es que ha habido demasiadas sorpresas. Y es que, de los 8 cabezas de serie, únicamente 4 lograron ganar su primer partido en casa.
En mi última entrada hablé sobre que llegó la hora de los superhéroes, pero se me olvidó uno que nadie esperaba, uno escondido entre jugadores de nivel medio que ha convertido a Philadelphia, la ciudad del amor eterno, en la ciudad de la esperanza sin límites. André Iguodala, que, salvando las distancias, es el jugador más parecido a LeBron James en cuanto a físico, calidad y liderazgo de su equipo, dio la victoria a los Sixers en casa de los temidos Magic de Dwight Howard... que han pasado simplemente a ser los Orlando Magic del temible Dwight Howard.
El último minuto de Iguodala fue realmente de película, en la que el personaje "bueno" parece alejarse cada vez más de su objetivo, pero, como en todas las películas americanas, mientras más lejos parece el triunfo, más se esfuerza el protagonista para escribir el mejor final posible de un guión original. Su equipo perdía de uno a falta de un minuto, y él entró a canasta con la fuerza que le caracteriza y forzó la falta: 2 tiros libres, iba a poner a su equipo por delante. Pero le pudo la presión, le tembló la muñeca... falló ambos. En la siguiente jugada, mate espectacular de Howard para poner 3 arriba a su equipo. El partido parecía sentenciado.
¿En cuántas películas hemos visto que aparece una ayuda extra de un personaje secundario, casi marginal, para levantar al protagonista herido, caído sobre el polvo? En muchas. Iguodala volvió a tomar la responsabilidad, y se jugó un triple muy forzado que salió disparado del aro. Pero, milagorsamente el balón llegó a las manos de Donyell Marshall, el veterano jugador nº 12 de los Sixers. Enchufó un triple, empató el partido, y, lo que fue más importante, volvió a darle alas al que merecía ser protagonista de una noche inolvidable, un Iguodala que tendría el balón del partido en sus manos.
8,7,6,5,4... El reloj de posesión no paraba. ¿Cuántas veces habrá soñado Iguodala con emular a Jordan en las finales del 98? Este era su día, se vistió con el 23 de los Bulls y encaró a Turkoglu, que le defendió bastante mejor que Bryon Russel a MJ. Aclarado para Iguodala, da una lección de bote, se la pasa entre las piernas pero no deja atrás al turco. Fade away con la mano de Turkoglu sobre su cara... y el balón que besa la red casi milagrosamente. El Amyway Arena enmudeció, y Turkoglu falló el último triple a la desesperada. Un final feliz para un joven héroe que no ha hecho más que protagonizar la primera película de una saga que promete durar muchos años. Ya avisó contra los Lakers en temporada regular, y, como suele decirse, el que avisa no es traidor; en este caso es un héroe.
No se me pasa por alto la victoria de los Bulls en casa de Boston Celtics. Un genial Derrick Rose, galardonado ya con el premio al mejor Rookie del año, acabó con los poderosos Celtics del laureado Big Three. Pero a este triángulo de oro le faltaba su pieza base, su jugador más carismático, el mejor defensa de la temporada pasada de la NBA, el MVP de hace 3 años... en definitiva, el jugador que ha cambiado el rumbo de los tambaleantes Celtics en los últimos años. Kevin Garnett no es sólo un gran jugador, es el alma de cualquier equipo en el que juegue, por su intensidad y extremada competitividad.
El teorema de Pitágoras denomina al lado de mayor longitud de un triángulo la hipotenusa, y, en este triángulo de estrellas que existe en Massachussets, el lado más largo, el que más se deja ver es KG. No quiero decir con esto que Ray Allen y Pierce sean los catetos, pero no son capaces de cubrir por sí solos las carencias que la ausencia de Garnett deja en su equipo. ¿Serán capaces los vigentes campeones de levantar la eliminatoria contra los Baby-Bulls? Yo diría que sí, pero a la baja de The Big Ticket se suma la de otro power forward, Leon Powe, lo que complica aún más las cosas para los Celtics. Allen y, sobre todo Pierce, deben dar un paso al frente y ponerse a su equipo sobre sus espaldas para tratar de suplir al insustituible Garnett, que no parece tan importante hasta que lo dejas de ver vestido de corto.

No hay comentarios: