BKBALL

BKBALL

jueves, 14 de mayo de 2009

Unos barren, otros recogen, otros lavan su imagen...

De eso están yendo los playoffs; de barrer, recoger y lavar. Y, aunque en la vida cotidiana tengan significados similares, en el mundo del baloncesto tienen connotaciones totalmente opuestas. LeBron y sus Cavaliers han barrido a sus dos oponentes, Detroit y Atlanta, muy diferentes entre sí, pero que se han ido a casa con el mismo resultado: 4-0, como dicen en Estados Unidos, un "sweep" (vamos, que han sido barridos).
Lo verdaderamente increíble es cómo han ganado sus partidos el equipo de Cleveland. Los ocho partidos por más de 10 puntos, dando espectáculo, anotando desde dentro, desde fuera, al contraataque, en estático... en definitiva, una máquina de hacer baloncesto. Liderado por "el elegido", que por fin ha conseguido su primer y merecidísimo MVP, y con unos geniales Mo Williams, Delonte West y Szczerbiak por fuera y el trabajo sucio, pero necesario, de Varejao, Ilgauskas y Joe Smith, han conseguido ese equilibrio perfecto que caracteriza a los equipos campeones.
Y, lo que es más sintomático, es la piña que han creado. Pequeños gestos como los shows que montan antes de los partidos, incluso involucrando al público, o cómo se celebran las jugadas más espectaculares desde el banquillo, del que saltan todos los suplentes como locos, crean ese ambiente especial que debería reinar en todos los equipos de la NBA. Y es que eso es la mejor liga de baloncesto del mundo, una perfecta conjugación de calidad y del show business, un espectáculo que siempre sale con más brío cuando las cosas van bien, y en Ohio no pueden estar yendo mejor.


Y si por Ohio están barriendo, en Texas están ya de recogida. Los ya clásicos (por no decir aburridos) Spurs cayeron con estrépito en primera ronda contra sus vecinos de Dallas, poniendo por fin punto y final a un brillante ciclo en el que el maestro Popovich y sus 12 apóstoles consiguieron cuatro anillos en ocho años. Para ser justos, la lesión de Ginóbili, el único jugador capaz de marcar la diferencia en un equipo que ha dependido demasiado de Duncan durante tanto tiempo y que se aferra a las genialidades de Parker para ir ganando partidos, ha sido determinante. Pocos recursos para unos playoffs.
Poco le duró la alegría a Dallas Mavericks, otra franquicia tejana. Tras pasar por encima de los Spurs, se toparon con el equipo más en forma de la actualidad en la conferencia oeste, los Nuggets, que, con polémica en el tercer partido inclusive, fueron capaces de solventar sin problemas la eliminatoria. Así, la estrella alemana de los Mavericks, Dirk Nowitzki, que ha vuelto a estar (en mi opinión, de forma inmerecida) en el quinteto ideal de la temporada, vuelve a hacer las maletas en segunda ronda: Mark Cuban debe planificar mejor la temporada que viene, comenzando por un cambio de entrenador; Carlisle no se ajusta a la filosofía de Dallas.
El último equipo tejano que, no está de recogida, pero está ya yendo al trastero a por las maletas, es Houston Rockets. Si al equipo liderado por Mcgrady y Yao Ming, le faltan Mcgrady y Yao Ming... poco se les puede pedir. Ya ha sido bastante hazaña haberle ganado dos partidos a los poderosos (y cansados) Lakers, pero el gran esfuerzo de Artest, Brooks, Battier o Scola no creo que sea suficiente. Aún así, poco se les puede reprochar.
Por último, ha habido un equipo que ya he mencionado, los Nuggets, que este año han lavado su imagen. Una imagen de perdedores, de eternas promesas, de equipo incapaz de ser competitivo en los momentos clave. No sólo han quedado segundos en la temporada regular, sino que están dando una imagen muy parecida a la de los Cavaliers en el este, tanto por sus claros resultados (4-1 ante Hornets y Mavericks) como por su vistoso baloncesto a ambos lados de la cancha. Nadie duda que la llegada de Billups, que supuso también la necesaria marcha de Iverson, ha supuesto una mejora muy notable en el conjunto de George Karl, que ha conseguido por fin un base de primer nivel, dejando también más minutos para su joven estrella J.R. Smith y más libertad para Carmelo Anthony.
Los Nuggets ya esperan rival en la final de la conferencia oeste, que serán con toda probabilidad Los Ángeles Lakers. Lo mismo hacen los Cavaliers, que deberán superar su primera eliminatoria de alto nivel competitivo, ya sea contra Boston o contra Orlando. Yo, desde el salón de mi casa, sueño con una final entre Cleveland y Denver, con el esperado duelo entre LeBron y Carmelo. Esto supondría el triunfo del draft de 2003, el que muchos consideran el mejor de la historia, yo entre ellos. Y es que sus dos máximas estrellas, con el permiso de Dwayne Wade, podrían protagonizar un cara a cara en unas finales de la NBA que probablemente no se haya visto desde los duelos de Jordan contra Malone.

No hay comentarios: